El teatro es un arte colectivo, y aunque realmente hace falta muy poco para provocar el milagro de la representación, de la suspensión de la incredulidad y la aparición de la fantasía, con el desarrollo del oficio han crecido y evolucionado también sus disciplinas: la escenografía, la dramaturgia, la iluminación…
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En pocos lugares la luz vuela más libremente que sobre un escenario. Desde los inicios del diseño de iluminación arquitectónica, la fuente a la que se ha ido a por refresco para las ideas y nuevo aliento para los sueños ha sido el teatro. ¿La iluminación escénica es un lenguaje? ¿Existe una técnica, una solución adecuada para cada situación? ¿Es posible trasladar todo este conocimiento a la disciplina de la iluminación arquitectónica? ¿Es posible construir todo un discurso sólo con preguntas? Discutiremos sobre ello. Porque lo que sí es seguro es que existe un código, como en todo diseño, una serie de elementos expresivos que ayudan a sostener el pulso dramático de una pieza. |
Hablaremos de articulación, de yuxtaposición, de montaje. De la capacidad de crear imágenes, de la apariencia de sentido y del peso específico de nuestras expectativas. Cuando hayamos terminado, tiempo después de haber abandonado el edificio, tendremos ganas de volver una noche en que haya función, y todavía nos estaremos preguntando de qué nos va a servir todo esto.